Ucrania prepara una contraofensiva para retomar Kherson

En los primeros días de la guerra en Ucrania, un rápido avance ruso sumió a la provincia de Kherson en la oscuridad. Lo poco que se sabe de la vida allí proviene de los refugiados que se atreven a escapar, alcanzando una relativa seguridad en ciudades del frente como Zelenodolsk. Llegan como pueden: a pie, en bicicleta, en barco, en silla de ruedas. Una mujer fue arrastrada por su hijo en una alfombra. En un momento dado, llegaban casi 1.000 al día. Los puentes destruidos y el aumento de los riesgos hacen que el recuento diario se haya reducido a un solo dígito. Pero un enorme patio de bicicletas, sillas de ruedas y cestas abandonadas en las afueras de Zelenodolsk se erige como un monumento a las vidas que se han dejado atrás, temporalmente, por lo que esperan los que han huido.

Los recién llegados hablan de intensos combates mientras Ucrania se prepara para contraatacar desde el oeste, cerca de Mykolaiv, y el norte, desde ciudades como Zelenodolsk. Vlad Milin, de 31 años, y Olha Shelemba, de 26, dijeron que los bombardeos se habían vuelto tan implacables en su pueblo, Dovhove, que decidieron arriesgarlo todo y viajar con sus cinco hijos pequeños en un bote, para luego navegar por campos y caminos minados hasta ponerse a salvo. No tenía mucho sentido seguir viendo cómo se desarrollaba la batalla, dijeron. “Ninguno de los dos bandos se va a rendir”.

Kherson, puerta de entrada a Crimea, es la única capital regional que Rusia ha logrado capturar desde que comenzó la guerra el 24 de febrero. Igual de importante para la estrategia rusa en el sur es la ocupación de la vecina Kakhovka, en la orilla izquierda del Dnipro, donde una presa suministra el agua a la península anexionada. Toda la región es una potencia agrícola, que proporciona tomates, sandías, girasoles y soja. Por estas y otras razones, Ucrania está dando prioridad a los esfuerzos por recuperarla. Las fuerzas del país ya pueden presumir de éxitos tácticos. Un oficial de inteligencia militar dice que las unidades de vanguardia están ahora a tiro de francotirador (un kilómetro más o menos) de los suburbios exteriores de Kherson. “La próxima semana o dos serán aún más interesantes”, promete.

Lo que sea que esté en marcha no parece ser todavía una contraofensiva en toda regla. Ucrania sigue centrada en detener el constante avance de Rusia en el este -el 2 de julio, sus tropas se retiraron de Lisychansk, en la provincia de Luhansk- y su agrupación del sur no disfruta de la ventaja de tres a uno que recomiendan los estrategas para una ofensiva exitosa. Los soldados se quejan de una escasez crítica de municiones y de infantería. “Hay una tendencia de nuestros jefes a exagerar el éxito en el campo de batalla”, dice Banderas, el nombre de guerra de un comandante de reconocimiento ucraniano. Esto sólo podría cambiar si se utilizan más sistemas de cohetes occidentales en el teatro de operaciones del sur, añadió. En la actualidad sólo

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