M. Hernández

A pesar que la problemática de trata de personas con fines de explotación sexual, es sabido que existe en Tlaxcala, las recientes declaraciones de la procuradora Ernestina Carro Roldán, señalan que las “cifras oficiales” niegan esta realidad.

Ya que, para que ellos consideren que hay delitos relacionados a la trata de personas, deben hacer denuncias interpuestas ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), olvidando que la mayoría de las víctimas, suelen estar amenazadas por los “padrotes”.

Tal es el caso que expuso la activista Rosi Orozco, dónde menor de edad logró escapar de su captor, pero la joven no se atreve a denunciar la tienen amenazada.

Por lo que la activista, se pronuncio diciendo que la trata de personas existe, aunque las estadísticas oficiales digan lo contrario.

La activista, informó que aunque los mismos padres de la menor han intentado convencerla de que acuda a las autoridades a denunciar, ella se resiste por temor al proxeneta.

Es así, que la postura de “sin denuncia no hay acción” por parte de las autoridades, hace que muchas mujeres víctimas de trata continuen presa de esta red, que se ha demostrado, llega incluso a Estados Unidos.

A través del miedo, los tratantes evitan que sus víctimas acudan a las autoridades, permitiendo que prevalezca está práctica con total impunidad.

Es de recordar, que contrario a las palabras de Ernestina Carro Roldán, el secretario de gobernación, Adán Augusto López, reconoció la existencia del problema de la trata de personas, y que desde la federación están trabajando para desmantelar estás redes.

Un ejemplo de esto, sería el caso de Leonardo N., originario del municipio de Tenancingo, Tlaxcala, y que fue extraditado a Estados Unidos, para ser juzgado por seis cargos relacionados con conspiración de tráfico sexual, tráfico sexual, prostitución interestatal, contrabando de extranjeros y delitos relacionados.