El museo debe ser un espacio de diálogo, señala Teresa Márquez, custodia del patrimonio ferrocarrilero

Un museo que obliga a observar es terrible. Esos recintos deben ser espacios de diálogo y hacer sentir que tienen un significado para el visitante, consideró Teresa Márquez Martínez, titular del Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero.

Con alrededor de 50 años en el ámbito cultural museográfico, la especialista en el patrimonio cultural ferrocarrilero recibirá el 18 de mayo, el Día Internacional de los Museos, un homenaje del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En entrevista con La Jornada, la directora del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos narró que llegó a trabajar en el tema del patrimonio de ese medio de transporte en 1996, cuando fue invitada por Ferrocarriles Nacionales de México mientras ocurría la privatización del servicio ferroviario y era necesario trabajar por el gran patrimonio histórico y cultural que había reunido.

Colaboró en el establecimiento de los criterios de identificación y conservación de múltiples edificios y espacios del ferrocarril con valor histórico que las empresas compradoras iban a recibir y de las que tenían que hacerse responsables.

El Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos recibió grandes colecciones y gran cantidad de documentación. Tuvieron que responder ante un proceso contradictorio en que la empresa se iba a extinguir pero el museo estaba creciendo. Como resultado, el recinto se integró al área de cultura del gobierno federal.

Márquez Martínez sostuvo que aceptó el reconocimiento como una forma de agradecer el trabajo conjunto: Es de los colectivos, de los grupos de trabajo, de los que más he aprehendido y a los que más debo.

Se trata de un homenaje “de los colegas a alguien porque piensan que ha podido aportar algo o porque tiene un trabajo destacado en el ámbito de los museos. Les agradezco muchísimo. El INAH es mi alma mater”. Su interés, continúo la especialista, siempre ha sido “trabajar en proyectos culturales al servicio de la gente; es decir, el patrimonio, los museos y las actividades culturales tienen sentido si están dispuestas a dialogar con sus públicos diversos, con la gente a su alrededor; la conversación no es sólo con el mundo cultural, los artistas o los historiadores, sino con las comunidades y las poblaciones.

Nos preocupamos por asuntos y temas indispensables. Por ejemplo, uno de los muchos temas con los cuales puede vincularse en la actualidad es fuerte: la migración. Los migrantes abordan un ferrocarril y se van en él para tratar de llegar a Estados Unidos. Tienen trayectos verdaderamente terribles.

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