Claudia Orozco

Pese al reconocimiento de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, a Sergio González durante los dos años que estuvo al frente de la Secretaría de Gobierno, esta situación dista mucho de la realidad.

Por buscar satisfacer sus ambiciones personales, González Hernández deja un estado en abandono, y diversas problemáticas sin atender.

Una de las más graves, es la nula resolución al conflicto en Xicohtzinco, dónde desde el inicio de la administración estatal fue foco de diversas manifestaciones y acontecimientos, ante la inconformidad con el alcalde.

También, quedan sin resultados concretos, los conflictos territoriales con Puebla y San Pablo del Monte, el tiradero de cadáveres en los límites de la entidad.

Así como las supuestas narcomantas, que aseguraba solo buscaban alterar el orden social, sin embargo nunca se informó de personas responsables detenidas.

En el ámbito social, la imagen de Sergio González es de una figura incapaz de lograr soluciones, ya que de las múltiples manifestaciones, la apertura y solución, fueron prácticamente nulas.

La delincuencia, pese a la presencia de grupos armados, cobro de piso, homicidios, incluso feminicidios, entre otros, era reducido por el aspirante a senador a meros actos de bandas.

Así, se resumiría la trayectoria de Sergio González, en un personaje que se dedicó a resistir, hasta que iniciaran los procesos electorales, y lograr sus metas, sin importarle las condiciones en que dejó el estado.