El poder de los ciudadanos

Vicente Morales Pérez

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala su artículo 39 que “La soberanía residen esencial y originalmente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este” y esto nos confirma la contundencia del pensamiento del presidente de México Andrés Manuel López Obrador “Solo el pueblo puede salvar al pueblo; con el pueblo todo, sin el pueblo nada; el pueblo pone y el pueblo quita”.
Muchas veces en el discurso político se piensa que el “pueblo” y el “ciudadano” son sujetos diferentes o incluso que son adversarios. Esta apreciación es sesgada y tendenciosa. El pueblo a través del derecho ciudadano de votar ha logrado una profunda transformación en la vida pública de México. 2018 representa un parteaguas muy importante en la vida nacional. La democracia requiere de la participación de los ciudadanos en diferentes ámbitos.
El Instituto Nacional Electoral convoca a miles de mexicanos a participar en la jornada electoral del 2 de junio en calidad de funcionarios de las mesas directivas de casilla. También abre una convocatoria a observadores electorales, quienes tienen la oportunidad de ser testigos de las diferentes etapas que constituyen el proceso electoral. Otros participan como asistentes-capacitadores electorales y algunos incluso participan como consejeros electorales.
La participación política no se limita al ejercicio del derecho a votar; observar los debates para razonar de manera responsable el voto o informarse de las propuestas de los candidatos es una forma de prepararse para ejercer el poder ciudadano.
El 2 de junio los ciudadanos ejercerán el poder más valioso que tiene y me refiero a ejercer su derecho al “voto”. En las urnas expresarán su evaluación a la Cuarta Transformación y podrán confirmar o modificar el rumbo de México.  Más allá de las estrategias de marketing político o de la búsqueda incesante del dialogo con el ciudadano, el 2 de junio saldrán a votar para elegir a sus representantes populares.
La democracia como forma de gobierno es un mecanismo incluyente, en donde los títulos profesionales, la capacidad económica o los apellidos no excluyen a ningún ciudadano. Se trata de un mecanismo horizontal, inspirado en la igualdad y con el objetivo de construir el gobierno de las “mayorías”.
La Cuarta Transformación surge de una lucha democrática, en donde se exige que se respete la voluntad ciudadana y se evite en todo momento el fraude o los delitos electorales. Eso es la soberanía de la que habla el texto constitucional. El poder ciudadano a través del voto es la expresión viva de la voluntad del pueblo.
Eso es lo que encontraremos en las urnas el próximo 2 de junio.
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