Caro Quintero, el “Narco de Narcos” cuya extradición salda una vieja deuda con EU

Amo de la marihuana en los años 80, Rafael Caro Quintero es uno de los capos históricos de México. Aunque pagó con cárcel parte de sus culpas, una sombra nunca dejó de perseguirlo: el asesinato del agente estadounidense Enrique ‘Kiki’ Camarena en 1985.

De 72 años de edad, el “Narco de Narcos” fue extraditado este jueves a Estados Unidos con otros 28 señalados criminales, un castigo que evadió más de dos años aduciendo un deterioro de salud.

Fundador del Cártel de Guadalajara, que hizo negocios con el extinto capo colombiano del cártel de Medellín, Pablo Escobar, tenía una debilidad por las joyas y la ropa fina.

También era reconocida su habilidad para los negocios y moverse en el bajo mundo, lo que lo llevó a fundar su propia organización.

A los 14 años se inició en el cultivo de marihuana en su natal Badiraguato (Sinaloa), cuna de otro de los mayores narcotraficantes mexicanos, Joaquín “El Chapo” Guzmán, preso a perpetuidad en Estados Unidos.

Una prisión en ese país es ahora el destino de Caro Quintero, a quien Estados Unidos tenía entre ceja y ceja por la tortura y homicidio de Camarena en 1985, acusación que siempre negó.

Debido a ello, Washington puso un precio a su cabeza de 20 millones de dólares, la suma más alta que haya ofrecido por un capo mexicano.

El caso Camarena es “el más doloroso” para la DEA, dijo este jueves a la AFP el exjefe de operaciones internacionales del organismo, Mike Vigil.

“Para nosotros es personal”, había dicho a la AFP con tono severo el zar antidrogas de Nueva York, Ray Donovan, en 2019.

Como otros capos, Caro Quintero justificó su deriva criminal en la pobreza y falta de oportunidades.

“Era huérfano, murió mi papá, yo tenía 14 años y había que darles de comer a mis hermanos, así empezó todo”, relató en 2016 a la revista Proceso para justificar su incursión en el cultivo de marihuana y amapola (materia prima de la heroína).

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