La primera bailarina Blanca Ríos (Monterrey, 1983) vio hace casi 12 años en el Palacio de Bellas Artes el estreno de La Esmeralda, cuando Elisa Carrillo lo trajo a América con la Compañía Nacional de Danza (CND). Por eso quiso despedirse en la plenitud de su carrera con ese ballet y en ese mismo escenario.
“Me siento muy contenta y orgullosa de la decisión, que es siempre difícil para un bailarín; retirarme en mi mejor momento y en mi plenitud como primera bailarina es un acierto”, comenta la regiomontana, que desde octubre anunció su última función en El cascanueces y su retiro con La Esmeralda.
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Ríos protagonizará las funciones de los domingos 3 y 10 de marzo (Ana Elisa Mena las del martes 5 y jueves 7) de La Esmeralda en su nueva versión coreográfica de 2009 de Vasily Medvedev y Stanislav Fečo, integrantes del Bolshoi, se basa en el concepto desarrollado por Marius Petipa en 1886.
Se despedirá así después de 33 años de carrera, con un ballet clásico que se ha montado muy pocas veces en su nueva versión; en Rusia, con el Bolshoi (2009), en Alemania, con el Staatsballett Berlin (2010) y en Bellas Artes (2012), las dos últimas con Elisa Carrillo, premio Benois de la Danse 2019, en el protagónico.
Baile y actuación
“La Esmeralda es un ballet de tres actos, bastante largo. Desde la primera vez que lo vi cuando lo bailó Elisa Carrillo en Bellas Artes me llamó mucho la atención por la bravura del personaje y lo apasionada que es, y por el reto artístico que tiene: Esmeralda baila todo el ballet, está en el escenario en los tres actos. Eso es un gran reto, se necesita mucha técnica y estamina para hacerlo, y estar en plenitud como artista.
“Hay un trabajo de pies impresionante, la mayoría del tiempo lo pasas saltando, es técnicamente difícil; y el personaje experimenta much