El cadáver es una de las joyas silenciosas del cine de terror moderno. Con una premisa sencilla —un forense y su hijo intentan descubrir la causa de muerte de una mujer no identificada—, el director André Øvredal logra construir una atmósfera asfixiante que combina la precisión de un thriller policial con el horror sobrenatural más puro.
La película transcurre casi por completo en una morgue subterránea, donde la autopsia de la misteriosa “Jane Doe” se convierte en un descenso al infierno. Cada corte revela secretos imposibles: órganos intactos, heridas sin explicación y un cuerpo que parece desafiar las leyes de la muerte.