El enigma de la memoria de una planta carnívora

Redacción

La planta carnívora Dionaea muscipula, conocida con nombres populares como venus atrapamoscas o dionea atrapamoscas, captura y digiere animales pequeños, absorbiendo nutrientes vitales para ella. Lo hace con sus hojas insectívoras. Seis pelos sensoriales en la superficie interior de cada hoja detectan una presa visitante y hacen que la trampa se cierre. Un solo contacto con un pelo sensorial no es suficiente, pero un segundo contacto dentro de los 30 segundos posteriores inducirá a la trampa a cerrarse rápidamente y atrapar a la desafortunada presa. La planta recuerda durante unos 30 segundos el primer estímulo. ¿Pero cómo memoriza algo una planta sin tener cerebro ni sistema nervioso?

 

En 1988, Dieter Hodick y Andreas Sievers, del Instituto Botánico de la Universidad de Bonn en Alemania, aventuraron la hipótesis de que los cambios en los iones de calcio podrían estar involucrados en la “memoria” de la venus atrapamoscas. Sin embargo, al carecer de los medios tecnológicos para medir las concentraciones de calcio sin dañar las células, no pudieron explorar esta posibilidad.

 

Ahora, en un nuevo estudio, a cargo del equipo integrado, entre otros, por Hiraku Suda y Mitsuyasu Hasebe, del Instituto Nacional japonés de Biología Básica (NIBB), se ha conseguido observar las concentraciones de calcio intracelular en la venus atrapamoscas y se ha demostrado que su memoria a corto plazo puede explicarse efectivamente por los cambios en la concentración de calcio.

 

Las observaciones han revelado que la trampa solo se cierra cuando la concentración de calcio intracelular supera un cierto umbral.

 

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Pelos sensores de la planta carnívora Dionaea muscipula. (Imagen: NIBB)

 

Por otro lado, la concentración de calcio intracelular disminuye con el paso del tiempo si no hay nuevos estímulos que la aumenten. Si el intervalo entre el primer y el segundo estímulo percibido por los pelos sensoriales superara unos 30 segundos, la trampa no se cierra porque la concentración de calcio intracelular no supera el umbral de señalización, a pesar de la administración de dos estímulos.

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