La sonda Perseverance llega a Marte

Redacción

Está previsto que el vehículo se desplace lentamente por la superficie tomando fotografías y analizando su entorno.

Más adelante, se capturarán algunas muestras que quedarán listas para que en un futuro próximo sean llevadas a la Tierra mediante otra misión.

El robot transporta también un helicóptero llamado Ingenuity, que ensayará un nuevo tipo de exploración marciana.

El aterrizaje fue tan fascinante como siempre, y se llevó a cabo de forma completamente automática, dada la distancia entre la Tierra y Marte, que implica un retraso en las comunicaciones de 11 minutos y 22 segundos.

Tras un viaje de 203 días y 472 millones de kilómetros recorridos, la nave, aún dentro de su cubierta protectora, vio separarse la etapa de crucero, que hasta ese momento había servido para proporcionar propulsión, energía y otros suministros a la nave.

Apenas diez minutos después, se inició la entrada atmosférica. En ese momento, el vehículo avanzaba a unos 19.500 km/h.

Durante el descenso, la fricción con la atmósfera calentó el escudo térmico de la nave hasta los 1.300 grados Celsius, mientras frenaba su marcha.

Alcanzada la velocidad adecuada, aún supersónica, se desplegó su paracaídas, que la reduciría aún más.

Veinte segundos más tarde se separó el escudo térmico, permitiendo que el radar del robot pudiera medir la altitud y calcular el mejor lugar para posarse.

El paracaídas y la carcasa superior se separaron entonces, dejando solos al Perseverancia y su sistema de propulsión autónomo, una especie de mochila llamada etapa de descenso que también dirigiría la trayectoria.

Sus motores frenaron aún más el vehículo hasta alcanzar la altitud programada. En ese instante, la etapa de descenso pasó a actuar como una auténtica grúa, haciendo descender el robot mediante varios cables de nilón.

El rover, de unos 1.000 kg de peso, acabó tocando el suelo a unos 2,7 km/h, lo bastante suave como para no sufrir daños. El aterrizaje ocurrió a las 20:55 UTC, a apenas 1,7 km del centro de la zona prevista.

Cada uno de estos pasos fue seguido con el mencionado retraso a través de las antenas de espacio profundo de la NASA, y gracias a la actuación de la sonda orbital MRO como sistema de retransmisión.

Una vez asegurado el aterrizaje, el robot móvil llevó a cabo las primeras actividades previstas, incluyendo la obtención de imágenes preliminares de la zona.

Durante los próximos días, los ingenieros descargarán más imágenes almacenadas durante el descenso, vigilarán el estado de los sistemas y desplegarán su mástil con sensores y cámaras. El vehículo posee 23 cámaras, siete de las cuales se usarán para tareas científicas.

También transporta micrófonos y obtendrá videos en color del entorno. Además, ensayará la obtención de oxígeno de la atmósfera y examinará el subsuelo con un radar.

El vehículo dispone de instrumentos meteorológicos y analizadores químicos. A bordo se encuentran también los nombres de casi 11 millones de personas.

Será necesario más de un mes para completar todas las operaciones de verificación. También se transmitirá e instalará un nuevo software para su trabajo in-situ.

La misión, asimismo llamada Mars 2020, podría revolucionar la investigación marciana. Si sus instrumentos detectaran señales de vida pasada, ello sería un gran impulso para la futura exploración del planeta rojo.

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