¡Tomen todo mi dinero! Ropa que no se ensucia y… ¿con Wi-Fi?

Redacción

Las prendas “inteligentes” son capaces de hacer cosas que las prendas normales no hacen. Para lograrlo, la ropa inteligente se vale de sus circuitos electrónicos y sus sensores miniaturizados, gracias a los cuales el usuario puede comunicarse con su teléfono, ordenador, coche y otras máquinas. Estas prendas inteligentes no solo tienen el potencial de aumentar la productividad de la persona que las viste sino que además son capaces de prestarle una ayuda providencial al comprobar su estado de salud e incluso pedir ayuda si sufre un accidente. La razón por la que esta ropa inteligente aún no está en las tiendas es que la fabricación de esta ropa inteligente es bastante complicada, como también su conservación ya que la ropa necesita ser lavada periódicamente y el agua es mala para la electrónica.

La situación podría cambiar radicalmente a partir de ahora gracias a que unos ingenieros de la Universidad Purdue en Estados Unidos han desarrollado un nuevo método de pulverización y costura para transformar cualquier prenda de tela convencional en una prenda inteligente que no necesita pilas y que puede limpiarse en la lavadora.

Al rociar la ropa inteligente con moléculas altamente hidrófobas, se consigue hacerla repelente al agua, a sustancias aceitosas y al barro. Estas prendas inteligentes son por tanto casi imposibles de manchar y pueden utilizarse bajo el agua y lavarse en lavadoras convencionales sin dañar los componentes electrónicos cosidos en su superficie.

Gracias a su revestimiento ultrafino, la nueva ropa inteligente puede ser tan flexible, estirable y transpirable como las camisetas de algodón convencionales.

A diferencia de los dispositivos electrónicos ponibles comunes, la ropa inteligente del equipo de Ramsés Martínez no necesita pilas para energizarse. Simplemente recogiendo la energía del wifi o la de otras ondas de radio del entorno, la ropa es capaz de alimentar los circuitos cosidos en el tejido.

Un ejemplo es un guante sin pilas que ilumina la punta de un dedo cada vez que la mano del usuario está cerca de un cable por el que circula corriente eléctrica. Este aviso luminoso le advierte del peligro de sufrir una descarga eléctrica.

Otro ejemplo es un sistema miniaturizado de monitorización cardíaca cosido a una cinta absorbente de sudor. La cinta, como cualquiera de las normales, es lavable. Y gracias a la electrónica que incorpora, es capaz de vigilar el estado de salud del usuario.

“Estos dispositivos ponibles, alimentados por las omnipresentes señales wifi, harán que no solo pensemos en la ropa como simples prendas que nos abrigan, sino también como herramientas con las que podemos vestirnos y que están diseñadas para ayudarnos en nuestra vida cotidiana, vigilar nuestra salud y protegernos ante accidentes”, explica Martínez.

Esta tecnología puede agregarse a la ropa en fábricas textiles convencionales, siendo producible en cantidades industriales. Se espera que esta facilidad de incorporación y producción acelere el desarrollo y la comercialización de la futura ropa inteligente.

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