Surge nuevo proceso para obtener metal del agua

Redacción

El agua pura, que suele obtenerse por destilación, es un aislante eléctrico. Para conducir la electricidad, el agua debe contener sales disueltas, por ejemplo. El agua cotidiana las contiene y por eso conduce la electricidad. A pesar de ello, la conductividad de esta agua cotidiana es relativamente baja, varios órdenes inferiores a la de los metales utilizados en las instalaciones eléctricas. ¿Es posible producir agua que sea tan conductora como, por ejemplo, un cable de cobre?

Algunos científicos han planteado la hipótesis de que esto podría ocurrir en los núcleos de planetas gigantes, donde la alta presión comprime las moléculas de agua hasta el punto de que sus capas de electrones comienzan a superponerse. En la actualidad, generar ese tipo de presión en la Tierra para comprimir cantidades significativas de agua supera las capacidades tecnológicas de la humanidad, por lo que se suponía que preparar agua metálica en la Tierra seguiría siendo un objetivo inalcanzable en un futuro próximo.

Sin embargo, un equipo internacional de investigadores que incluye a Philip E. Mason y Pavel Jungwirth, ambos del Instituto de Química Orgánica y Bioquímica de la Academia Checa de Ciencias en Praga (IOCB), ha desarrollado un nuevo método con el que ha conseguido fabricar en la Tierra agua metálica que ha durado varios segundos.

La idea de utilizar una inmensa presión para fabricar metal a partir del agua no es nueva. En principio, debería ser posible comprimir las moléculas de agua hasta el punto de que sus capas de electrones empiecen a solaparse y formen una banda de conducción similar a la que tienen los materiales metálicos conductores.

El equipo de Mason y Jungwirth, que incluye a científicos del Centro Helmholtz de Berlín para Materiales y Energía (HZB por sus siglas en alemán) en Alemania y de la Universidad del Sur de California en Estados Unidos, entre otras instituciones, ha desarrollado recientemente un método que le ha permitido preparar agua metálica obviando por completo la necesidad de presión muy alta. El método emplea un sistema químico que, en circunstancias normales, no es viable porque resulta explosivo. Las modificaciones introducidas por el equipo de investigación hicieron viable su uso.

Dentro de una cámara de vacío, los investigadores expusieron una gota de aleación de sodio y potasio a una pequeña cantidad de vapor de agua, que comenzó a condensarse en su superficie. Alrededor de esta gota de una aleación de sodio y potasio, se formó una capa de agua metálica. Los electrones liberados de la aleación actuaron en el agua en cantidad suficiente como para superar el límite crítico para la formación de una banda de conducción y dar lugar así a una solución de agua metálica.

Mason, Jungwirth y sus colegas exponen los detalles de su experimento en la revista académica Nature, bajo el título “Spectroscopic evidence for a gold-coloured metallic water solution”.

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