Primer ministro de Túnez dimite por acusaciones de corrupción

Redacción

El jefe del gobierno de Túnez, Elyes Fakhfakh, designado en febrero para presidir un gobierno de coalición, dimitió este miércoles, informaron fuentes oficiales que pidieron el anonimato, tras un pulso con el partido de inspiración islamista Ennahdha.

Ennahdha, que cuenta con seis ministros en el gobierno del que se siente marginado, reclamaba un cambio debido a las sospechas de corrupción que recaen sobre el jefe de gobierno.

Fakhfakh está sometido a una investigación del Parlamento por conflicto de intereses, acusado de no haber cedido la gestión de su participación en empresas de saneamiento que han ganado importantes proyectos públicos en los últimos meses.

El jefe del ejecutivo había sido designado por el presidente Kais Saied tras el fracaso de Ennahdha, el pasado otoño, de aunar una mayoría en torno a un primer ministro de su elección.

Según la presidencia, Saied tiene ahora 10 días para designar a una personalidad para gobernar el país, que tendrá asimismo un mes para convencer a una mayoría absoluta de diputados para que apruebe a su equipo.

Un desafío, dado que el Parlamento elegido en octubre está integrado por multitud de partidos.

Poco antes del anuncio de dimisión, el partido Ennahdha y algunos de sus aliados habían presentado una moción de censura contra el primer ministro.

Según la Constitución, el presidente dispone ahora de una semana para designar un sustituto, que deberá lograr el apoyo de la mayoría absoluta del Parlamento en el plazo máximo de un mes y elegir un nuevo gobierno, ya que el actual queda en funciones.

En caso de que no lo consiga, la Carta Magna prevé que el plazo pueda ampliarse 30 días más antes de que se deban repetir las elecciones, celebradas el pasado octubre.

Conflicto de intereses

La situación del primer ministro comenzó a complicarse semanas atrás cuando la Instancia Nacional de la Lucha contra la Corrupción (INLUCC) le consideró culpable de un presunto delito de “conflicto de intereses” por no haber declarado que poseía acciones de empresas privadas que habían contratado con la administración.

Fakhfakh, que niega los cargos, contraatacó el martes a los ataques de su socio conservador con el anuncio de una remodelación del gabinete tras una reunión de Said, quien ha desempeñado un papel extraño al negar, entre otras cosas, que existieran maniobras para derribar el Gobierno.

Expertos locales sugirieron entonces la posibilidad de que Fakhfakh optara por expulsar del gabinete a los seis ministros de Ennahda, en un intento por sobrevivir políticamente que ahora se ha esfumado.

Presión islamista

La dimisión se produjo escasas horas después de que el partido conservador de tendencia islamista Ennahda, primera fuerza en la Asamblea con 54 escaños y socio en el Gobierno, donde tiene seis ministros, emprendiera los trámites para la presentación de una moción de censura contra Fakhfakh.

La formación depositó una propuesta con 105 firmas, a solo cuatro de los 109 apoyos necesarios para ser aceptada por la Asamblea.

Entre los firmantes, los diputados de Ennhada y los de los otros dos partidos mayoritarios, la formación “Qalb Tunis”, liderada por el controvertido magnate de los medios de comunicación Nabil Karaoui, procesado igualmente por corrupción, y la Plataforma Al Karama, de tendencia salafista.

Ninguno de ellos formaban parte de la débil coalación de Gobierno, aunque Ennahda siempre quiso sumar a “Qalb Tunis”, deseo que siempre se topó con la negativa rotunda de Fakhfakh.

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