Por primera vez desde que iniciaron las rondas para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la iniciativa privada planteó la posibilidad de pararse de la mesa de negociación.
“En esta negociación existen riesgos importantes y cabe la posibilidad de que nos levantemos de la mesa por la razón de que los socios pidan circunstancias que México no pueda cumplir, que no van con la realidad de hoy y que es muy diferente a la de hace 25 años.” dijo Juan Pablo Castañón, presidente del CCE.
Castañón explicó que hoy México tiene producción tecnológica, producción aeronáutica, está entre el quinto y cuarto exportador automotriz, y entre la décima o décima segunda potencia agroalimentaria.
En conferencia de prensa en el marco de la presentación de la Agenda Pública del Sector Privado, reiteró que el fin último en la modernización del TLCAN es fortalecer la competitividad regional de América del Norte.
“En el caso de que no tuviéramos TLCAN, además de adecuar en materia de espejo nuestra relación bilateral con los dos socios, tenemos que seguir abriéndonos al mundo”, señaló.
Hizo referencia a conectarse con Sudamérica para la importación de granos, y aprovechar la conectividad con Europa para el acceso tecnológico que requieren las pequeñas y medianas empresas mexicanas para encontrar el valor agregado.
“Sólo fortaleciendo el desarrollo regional podremos salir adelante. Pero si con nuestros socios comerciales más grandes actuales no podemos seguir en esta intensidad, los encontraremos con el mundo y nuestra mayor fortaleza está en el interior”, expuso el presidente de la máxima cúpula empresarial.
En esta tónica, Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), dijo que la primer embestida que México recibió en esta renegociación fue en la pasada ronda celebrada en Ottawa en la que Estados Unidos planteó imponer aranceles a hortalizas mexicanas en tiempo de producción nacional, lo que viola las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
De la Vega, quien también participó en la negociación original del TLCAN en 1994, dijo que el tema es fortalecer la región ante China,pero, si no, se irán por el plan B, que es trabajar bajo las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) con aranceles promedio del 4 por ciento.
“Apoyamos una posición dura de nuestro gobierno y preferimos una salida digna del CNA, y aguantar dos años y medio con las reglas de la OMC para esperar al siguiente presidente de Estados Unidos y de Canadá para llegar a otro nuevo acuerdo, que hacer un mal acuerdo que nos marcaría por los próximos 25 años”, apuntó.